Genero Musical

Género musical

Para otros usos de este término, véase género.
Un género musical es una categoría que reúne composiciones musicales que comparten distintos criterios de afinidad.[1] Estos criterios pueden ser específicamente musicales, como el ritmo, la instrumentación, las características armónicas o melódicas o su estructura, y también basarse en características no musicales, como la región geográfica de origen, el período histórico, el contexto sociocultural u otros aspectos más amplios de una determinada cultura.

Los géneros a su vez se dividen en subgéneros. En algunos géneros determinados como el flamenco el término subgénero se sustituye por otro que determina cada una de las variedades denominándose de una forma propia, en este caso palos.[2] Una composición musical puede ser clasificada dentro de varios de un género, y es expresada a través del estilo concreto del artista. En los casos en que esta multiplicidad de géneros resulta evidente dentro del estilo del artista, o es un objetivo buscado por el compositor, suele hablarse de música de fusión, que si se llegan a generalizar lo suficiente pueden llegar a formar géneros de fusión prácticamente independientes.


Estilo musical y género musical
Existe cierta confusión entre los términos estilo musical y género musical. Un estilo musical es el carácter propio que da a sus obras un artista o un músico (ejemplo: el estilo de Rossini).[3]

Cuando un estilo se diferencia lo suficiente y se generaliza en distintas obras y múltiples artistas que toman rasgos comunes entre sí se forma una categoría que se denomina género musical[4] (ejemplo: el rock es un género musical de ritmo muy marcado).[5]

En otro sentido el término estilo también se puede utilizar para definir al conjunto de características específicas en el caso de que se refiera en concreto a aquéllas que individualizan la tendencia de una época (ejemplo: estilo neoclásico).[3]

Géneros musicales
Categoría principal: Géneros musicales
Actualmente existen multitud de géneros musicales en constante evolución. Desde géneros musicales demarcados conceptualmente que abarcan campo definido y específico, y que presentan una asentada concepción (tango, blues,salsa...); hasta amplias y difusas categorías musicales que abarcan un marco absolutamente heterogéneo musicalmente, de nueva creación por parte de las discográficas para acercar la música al profano y facilitar su clasificación (música rock, música universal o world music, música electrónica...).

Criterios de clasificación
La clasificación en géneros musicales suele realizarse según los siguientes criterios:

Características melódicas, armónicas y rítmicas.
Instrumentación típica.
Lugar geográfico donde se desarrolla principalmente.
Origen histórico y sociocultural.
Estructura de las obras (canciones, movimientos, etc.).
Normas y técnicas de composición e interpretación.
Medios y métodos de difusión.

Problemática de la clasificación
Subjetividad: Uno de los inconvenientes al agrupar música por géneros reside en que se trata de un proceso subjetivo que resulta muy influido por el conocimiento personal y la forma de cada uno de sentir y escuchar la música. Esto es especialmente cierto en las "grandes categorías" que clasifican a la música en culta o música popular, debido al alto grado de abstracción que la complejidad del conjunto requiere para encontrar características comunes, y -en el otro extremo- en el caso de subgéneros por especificación detallada que contrasta también con la complejidad de orígenes e influencias de una obra determinada. Un ejemplo de esto último es la música de Led Zeppelin, que puede ser llamada heavy metal, hard rock, rock clásico, blues, en función de lo que cada uno interprete.

Cambio del contexto cultural
Este problema afecta especialmente al concepto de popularidad en la clasificación por géneros. Por ejemplo, la música barroca o renacentista, que la mayoría de las personas agruparía actualmente bajo el supra género de "música académica" - ya que su difusión e interpretación está limitada a sectores especializados - fue en realidad la "música popular" de aquella época.

Relatividad
Algunos géneros musicales son muy vagos, y pueden resultar relativizados o ignorados por los críticos; el post rock, por ejemplo, es un término creado por Simon Reynolds, resultando en una clasificación controvertida. Otro ejemplo es la música de videojuegos, definida por su canal de difusión, que podría o no según el criterio que se utilice, definir un género musical propio.

Resistencia
La categorización de la música, especialmente en géneros muy específicos o subgéneros, puede resultar difícil para los nuevos estilos emergentes o para piezas musicales que incorporan características de múltiples géneros. Los intentos por circunscribir músicos individuales a un género determinado pueden inducir a error, ya que es habitual que produzcan música en una variedad de géneros en el transcurso de su carrera, o incluso, en una misma pieza musical. Algunas personas sienten que la categorización de la música en géneros se basa más en motivos comerciales y de mercado que en criterios musicales. Por ejemplo John Zorn, un músico cuya obra ha cubierto una amplia gama de géneros, escribió que estos son herramientas usadas para "hacer más cómoda y comercializable la compleja visión personal de un artista".[6]

Ventajas de la clasificación
Categorizar la música se hace necesario para facilita el seguimiento de la historia y los distintos géneros de la música, además de conceptualizar, distinguir y definir más claramente cada uno de ellos. Además, el uso de etiquetas puede actualmente dirigir el desarrollo de la nueva música al extremo de ayudar a cultivar el interés y la participación de la audiencia en los estadios iniciales de una tendencia.

Géneros principales
Música clásica La música clásica, docta, académica, culta o selecta es uno de los tres grandes géneros en los que se puede dividir la música en general, junto con la música popular y la música tradicional o folclórica,[7] [8] que veremos a continuación. Se trata de un término muchas veces impreciso pero profundamente arraigado e institucionalizado en la sociedad, además del modo habitual de referirse a otros vocablos similares,[9] que aparece por primera vez en el Oxford English Dictionary de 1836.[10] Implica todo tipo de consideraciones teóricas, estéticas y estructurales, y habitualmente conlleva una larga tradición escrita, por lo que sus intérpretes suelen tener años de formación en un conservatorio.

En Europa, la música docta tiene un importante desarrollo entre los años 1450 y 1950 aproximadamente. Tradicionalmente, y por razones pedagógicas y formales (ante el cáracter extraordinariamente variable de la música clásica a lo largo de su historia), este período se ha dividido en cuatro etapas principales que permiten conocer mejor el contexto donde está inmersa cada obra: el Renacimiento, el Barroco, el Clasicismo y el Romanticismo musical. A continuación, se presenta una pequeña selección de algunos de los compositores más importantes:


No obstante, ha de notarse que la música clásica también existe en la segunda mitad del siglo XX (véase Música clásica del siglo XX), en nuestro tiempo (véase Música clásica contemporánea) y en muchas otras culturas (véase, a modo de ejemplo, Música clásica india).

Música popular
La música popular se opone a la música académica y es un conjunto de estilos musicales que, a diferencia de la música tradicional o folclórica, no se identifican con naciones o etnias específicas. Por su sencillez y corta duración, no suelen requerir de conocimientos musicales elevados para ser interpretados y se comercializan y difunden gracias a los medios de comunicación de masas.[11] [12]

Dicho brevemente, puede afirmarse que la música popular surge en Europa con la llegada de la Revolución industrial en el siglo XVIII, cuando la mejora tecnológica hace posible que los fabricantes puedan comenzar a producir instrumentos musicales en serie y a venderlos a un precio razonable, llegando así a la clase media.

Otro avance importante en el desarrollo de este tipo de música se produce en el siglo XIX gracias al fonógrafo de Edison y al gramófono de Berliner, que permiten al público en general grabar su propia música o escuchar la música compuesta por los demás sin necesidad de asistir a un concierto en directo. De hecho, a finales de los años veinte del siglo siguiente, muchos compositores prestigiosos e intérpretes populares ya habían efectuado múltiples grabaciones que pudieron difundir a través de otros inventos modernos de la época como la radio y, posteriormente, la televisión.

Pero no será hasta la década de los cincuenta cuando la música popular alcance realmente la divulgación que tiene hoy en día gracias al desarrollo del rock and roll y a la popularidad que alcanzaron las gramolas en los bares, pubs, cafeterías y restaurantes. Además, no tuvo que pasar mucho tiempo antes de que apareciesen en el sector nuevos géneros y subgéneros como la música pop, el heavy metal o el punk, hasta tal punto que actualmente los estilos musicales son tantos y tan variados, y las fronteras tan difusas, que es difícil saber cuando se está hablando de uno y cuando de otro.

Música tradicional
La música tradicional o música folclórica es el último de los tres grandes géneros musicales y se opone tanto a la música docta como a la música popular. Tradicionalmente se transmite oralmente de generación en generación al margen de la enseñanza musical académica como una parte más de los valores y de la cultura de un pueblo. Así pues, tiene un marcado carácter étnico que normalmente la hace difícil de comprender a escala internacional. No obstante, existen excepciones notables como el flamenco, la jota, el tango, la samba y, en general, todos los ritmos latinos que hayan mantenido cierta entidad propia con el tiempo. En los últimos tiempos se han agrupado en el género musical artifical conocido como músicas del mundo (en inglés world music).

Limitaciones formales
El mayor problema que conlleva dividir la música en categorías es que cada artista tiene su propia historia, su propio estilo y su propio modo de hacer las cosas, con lo que nunca es fácil poner etiquetas y muchas veces un mismo compositor puede ser catalogado a la vez en dos o más de ellas. Así por ejemplo, muchos artistas populares tienen una amplia formación musical, demuestran gran virtuosismo en sus interpretaciones y se preocupan poco por las ventas, relegándolas a un segundo plano. Del mismo modo, la música folclórica está cada vez más extendida y más cerca de ser como la música popular, si bien todavía existen diferencias importantes.